Nos hemos especializado

Nos hemos especializado. Ante una sociedad cada vez más compleja, nos dedicamos a desarrollar una tarea específica durante cinco días a la semana, unas seis horas al día si tenemos suerte, unas diez o doce si no tenemos tanta.
Cuando llegamos de nuestro trabajo, tenemos pocas o ninguna energía para ocuparnos del resto de áreas de nuestra vida así que…

Dejamos nuestros espacios de vida – viviendas, oficinas, colegios, ciudades - en manos de especialistas: arquitectos, constructores, promotores, ingenieros, urbanistas y políticos.

Dejamos nuestra alimentación y nuestra salud en manos de especialistas: agricultores, productores de alimentación, farmacéuticas, etc.

Dejamos la educación de nuestros hijos y por tanto el futuro de nuestra sociedad en manos de especialistas: educadores, profesores, pedagogos y políticos.

Y nos va mal.

Nuestras viviendas están tan cargadas de tóxicos, como la mayor parte de lo que ingerimos procedente de nuestra gran compra semanal en el supermercado.

Nuestras ciudades se han desarrollado como cánceres, bajo una corrupción tan evidente, como inaudita nuestra falta de reacción. Los mismos intereses económicos de grandes corporaciones marcan el son ante el que seguimos bailando la mayoría en el resto de las áreas de nuestra vida: las medicinas que tomamos cuando nos enfermamos y las vacunas que administramos totalmente confiados a nuestros hijos; los alimentos que ingerimos creyendo estar llevando una vida saludable; las casas que adquirimos hipotecándonos de por vida; el bienestar y el futuro de nuestros hijos…

Nada de esto es nuevo… todos lo hemos escuchado y la mayoría nos damos cuenta de que es cierto… pero nada podemos hacer. ¿o sí?